Remoción de hierro y manganeso
El hierro y manganeso deben eliminarse de las aguas de consumo por diversas razones:
Causas de corrosión o de obstrucción de las tuberías (directamente, por precipitación y formación de depósitos, o indirectamente, favoreciendo el desarrollo de bacterias específicas:
Aspecto del agua
Sabor metálico
Inconveniente en el lavado de la ropa
Igualmente, son indeseables estos elementos en numerosas aguas de fabricación, en especial en industrias lecheras, papeleras o textiles.
En las aguas de superficie, el hierro y el manganeso se encuentran generalmente en estado oxidado y precipitado, por lo que se eliminan por tratamientos clásicos como clarificación.
En aguas profundas desprovistas de oxígeno, se presentan en forma reducida (estado de oxidación +2) y disuelta, en cuyo caso deben someterse a otros tratamientos específicos.
Tratamiento por oxidación y filtración
Esta técnica es la que se utiliza con mayor frecuencia, especialmente para aguas de pozo. Eventualmente puede añadirse un cierto número de tratamientos suplementarios, tales como: corrección de pH, oxidación química, decantación, etcétera. Siempre es necesario airear un agua de origen profundo, desprovistas de oxígeno, aun cuando se utiliza igualmente un oxidante químico.
A veces resulta conveniente realiza una precloración, que acelera la oxidación del hierro y permite la eliminación química del amoníaco. Sin embargo, también puede ser contraproducente, si no puede alcanzarse el punto crítico: en efecto, se suprimen entonces ciertas acciones biológicas de desferrización y nitrificación, sin que pueda ejercerse un efecto oxidante sufriente, por eso, toda precloración debe supeditarse a unos ensayos previos.